El rol de la escuela como factor protector frente al consumo de alcohol y otras drogas

28 Octubre 2025

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Continuando con la entrega mensual de contenidos preventivos en la plataforma de la RED Irarrázaval, el área de Prevención de Corporación La Esperanza, con el apoyo de la Fundación Irarrázaval, presenta un nuevo material orientado a destacar el rol de la escuela como un espacio clave para la protección y el desarrollo integral de niñas, niños y adolescentes frente al consumo de alcohol y otras drogas.

La educación cumple un papel esencial en la prevención y concientización, ya que la escuela no solo forma en lo académico, sino que también contribuye al desarrollo personal, emocional y social. A través de la promoción de habilidades, valores y espacios seguros, la escuela se convierte en un agente preventivo fundamental, capaz de fomentar decisiones informadas y estilos de vida saludables.

Los programas escolares de prevención favorecen la salud mental y el bienestar de los estudiantes, fortaleciendo una comunidad escolar resiliente y cohesionada. Este enfoque integral requiere la colaboración activa de docentes, equipos educativos y familias, para asegurar una implementación coordinada y sostenida.

Un aspecto central de este nuevo contenido es la relevancia del vínculo entre docentes y estudiantes, elemento que incide directamente en el desarrollo cognitivo, emocional y social. Según el psiquiatra Lucas Raspall, “cuando no hay una historia de apego seguro en el hogar del niño o adolescente, el docente pasa a ser una figura principal. Y por difícil que esto resulte, una figura de apego subsidiaria puede funcionar como tutor de resiliencia, pudiendo ser la única oportunidad que ese niño, niña o adolescente tiene”.

Las investigaciones coinciden en que este vínculo favorece habilidades fundamentales como la autorregulación emocional, la empatía y la resolución de conflictos, pilares esenciales para una convivencia saludable y el éxito académico y social. Desde una mirada preventiva, una relación positiva entre docente y estudiante actúa como un factor protector frente a riesgos como el fracaso escolar, la deserción o las conductas problemáticas, ya que el cerebro aprende mejor en entornos emocionalmente seguros.

El contenido que les ofrecemos, invita a fortalecer tres pilares dentro de la comunidad educativa:

- Formación integral, promoviendo habilidades personales, sociales y de afrontamiento.
- Sentido de pertenencia, mediante espacios de encuentro y vínculo entre estudiantes, docentes y familias.
- Cultura preventiva, generando aulas seguras, promoviendo hábitos saludables y estableciendo protocolos claros frente a situaciones de consumo.

Para Marcela Rodríguez, jefa del área de Prevención de Corporación La Esperanza, “la escuela es, por naturaleza, un espacio privilegiado de protección. Solo por el tiempo que los y las estudiantes permanecen en ella, tiene la posibilidad de formar de manera integral, generar sentido de pertenencia y promover una cultura preventiva frente al consumo de alcohol y otras drogas. Esto la convierte en un factor protector por excelencia, no solo ante el consumo, sino también frente a otras conductas de riesgo.

Los docentes pueden transformarse en figuras de apego muy importantes que, muchas veces, ocupan el espacio de otras figuras que no existen. Eso demuestra la relevancia y la responsabilidad que tiene la escuela en materia de protección y prevención. Crear un entorno emocionalmente seguro, afectivo y coherente es fundamental. Cuando los docentes logran constituirse en figuras estables y confiables, tienen una mayor posibilidad de desarrollar vínculos significativos y transformarse en agentes naturales de prevención”.

El nuevo contenido ya está disponible en la plataforma y aplicación móvil RED Irarrázaval.

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