Fundador

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Arturo Irarrázaval Correa nació en el eje de una gran familia chilena, hijo de Manuel José Irarrázaval Larraín, hereda de su padre un patrimonio y un vigoroso espíritu emprendedor. Viajero infatigable, desarrolla múltiples actividades en su juventud dedicándose a la agricultura, la política y los negocios. Es en esta última actividad donde dedicó una buena parte de su existencia, buscando nuevas oportunidades tanto en América como en Europa. Es como empresario que adquiere una vasta experiencia, la que más tarde transmitiría a su creación más querida y a la que dedica 40 años de su vida: la Fundación. Sus experiencias en los múltiples viajes que realizó, unida a sus estudios de geografía e historia, le permitieron escribir textos de enseñanza para las escuelas técnicas que él mismo tomaba en examen a los alumnos becados.

En marzo de 1915 es electo diputado por la circunscripción de Illapel, siendo militante del Partido Conservador, como lo fue su padre y su medio hermano Fernando Irarrázaval Mackenna. En 1918 es nuevamente electo Diputado, esta vez por la circunscripción de Valparaíso y Casablanca.

Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial trasladó su residencia a Argentina, viajando periódicamente a Chile. Su dedicación al negocio bursátil y la experiencia que adquiere en los distintos mercados internacionales, le sirve para dar forma, mantener y asegurar el futuro de la Fundación.

En 1940 muere su mujer, quien lo acompañó por casi 30 años, sin haber podido tener hijos. El 14 de julio de 1963, Arturo Irarrázaval Correa muere a los 82 años producto de un derrame cerebral. En ese momento se encontraba viviendo en la ciudad de Viña del Mar, luego que el año 1959 decidiese regresar a Chile aquejado de reumatismo. Ni las largas estadías en el extranjero, ni la dura enfermedad de los últimos años de vida lo alejaron del interés de su país y de su creación más querida. Siempre mostró un gran interés por la Fundación, no solo en el ámbito económico y de gestión, sino también en la formación que recibían los alumnos de las escuelas beneficiadas.

Historia
La Fundación Irarrázaval fue creada el 02 de marzo de 1920 por quien le diera su nombre y la considerara como su legítima heredera.

La Fundación Irarrázaval es una institución de beneficencia, de carácter privada y sin fines de lucro, que busca contribuir al desarrollo de establecimientos de Educación Media Técnico Profesional, que estén bajo el alero de una formación espiritual sustentada en los principios de la moral cristiana.

Desde sus inicios, la Fundación no pretendió abrir nuevas escuelas, sino que apoyar a las ya existentes. Sobre todo, le interesaban las instituciones dependientes de corporaciones que asegurarán una orientación cristiana en la formación de sus alumnos.

Desde que se fundó y hasta su fallecimiento, en 1963, Arturo Irarrázaval C. se preocupó de dotarla del capital necesario para que cumpliera con su misión, dejando parte de su herencia para cumplir dichos objetivos, pero estipulando claramente cómo debían ser usados estos recursos, con el fin de sacarle el máximo provecho y extender la sustentabilidad de la fundación.

Las principales ayudas se realizan a través de becas y aportes para la implementación de diversos proyectos en los establecimientos beneficiados, permitiendo que los alumnos puedan terminar sus estudios con un título técnico y una sólida formación moral, de características que don Arturo Irarrázaval Correa consideró fundamentales para el desarrollo nacional.