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Te invitamos a conocer este exitoso proyecto musical del Liceo Técnico Profesional People Help People de Pullinque, ubicado en un sector rural, a unos 12 kilómetros de Panguipulli, región de Los Ríos. El establecimiento cuenta con una matrícula de 450 alumnos, quienes en su gran mayoría (80%) permanecen toda la semana en el colegio en el internado.

“Para lograr la implementación de un proyecto de banda sinfónica en un colegio que imparte formación técnico profesional y no artística, se requirió un enfoque planificado y colaborativo”, revela el director del Liceo, Claudio Pailañir. 

El establecimiento imparte cuatro especialidades técnico-profesionales: Mecánica Automotriz, Agropecuaria, Construcción y Programación. Su misión es otorgar formación TP y valórica de excelencia a jóvenes, brindándoles la oportunidad de convertirse en personas íntegras, y este proyecto musical que surgió en 2016 apunta justamente a lograr ese objetivo y ya tiene frutos.

 “La música te enseña disciplina, tenemos chicos que tienen los primeros lugares de su curso, pero además hemos generado que ellos puedan sociabilizar mejor, teníamos niños con mala conducta y hoy son parte de una empresa, liderando proyectos profesionales, siguen estudiando”, recalca director de la banda sinfónica, Alexander Sepúlveda, quien afirma que lo que buscan es que, a través de la banda, los alumnos puedan ampliar “aún más” las posibilidades de futuro que entrega el establecimiento. “Son los referentes culturales del Liceo”, dice con orgullo. 

“Me ha servido para aprender y también vivir nuevas experiencias como el tocar frente a un público”, sostiene una de las integrantes, Millaray Raín, alumna de II medio. “Lo que más destaco es el esfuerzo que todos ponen para que las canciones nos salgan bien y el compromiso que tienen los profesores de traernos partituras y venir a enseñarnos” sostiene.

Su compañero, Leandro Ñanculef, estudiante de III medio, cuenta orgullo: “Aprendí a tocar un instrumento de viento, me han enseñado a leer partituras y he podido conocer lugares donde nunca había estado”, y agrega que lo que más destaca es “el compromiso que tienen los profesores para enseñarnos, todos con buena voluntad”. 

El apoyo de los profesores ha sido clave dice el director del colegio.  “Realizan un trabajo guiado que permiten a los estudiantes no solo adquirir habilidades en la interpretación musical, sino también ser mejores personas fortaleciendo su espíritu y mejorando sus resultados académicos”, sostiene Pailañir y agrega que “así los jóvenes reconocen los beneficios educativos de la música”. 

LOS INICIOS

Para comenzar con el proyecto, se identificó a los estudiantes interesados y se creó un grupo inicial, el cual partió con instrumentos prestados. Se estableció un plan de trabajo extracurricular durante la semana, para que los alumnos seleccionados mediante audición -que se hace a principio de año- pudieran trabajar junto a sus profesores. 

En 2017 postularon a un proyecto de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI), gracias al cual obtuvieron los primeros instrumentos propios. Desde ese entonces, año a año, a través de la Fundación, han ido adquiriendo distintos instrumentos. A fines de 2017 FOJI invitó a la banda a presentarse en su edificio corporativo en Santiago y en 2018 recibieron la invitación para presentarse en la catedral de la ciudad de Bariloche, Argentina.

La pandemia trajo consigo complicaciones, pero Alexander Sepúlveda, cuenta que lograron continuar los ensayos a través de videollamadas, grabaciones de videos o llamadas telefónicas, hasta retornar a la presencialidad. Hoy la banda cuenta con 25 integrantes, alumnos entre I y IV medio.

Sobre los planes a futuro, Sepúlveda sueña con poder presentarse fuera de la comuna de Panguipulli, llegar a Santiago y poder hacer una gira por Chile.