La importancia de la formación de valores en los colegios

11 Marzo 2019

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Por Miguel Arce Viaux, Director Colegio PuenteMaipo, Fundación Nocedal.
 
Pareciera que, en nuestra sociedad, la importancia que le damos a la formación de las virtudes y valores en los estudiantes se encuentra claramente a la baja. Es común que la presión ejercida por los padres –en realidad por el medio social entero- para que los colegios “exhiban” buenos resultados académicos, ha hecho que el foco del trabajo de profesores y directivos se centre, casi exclusivamente, en obtener resultados brillantes en el SIMCE y la PSU.

De este modo, con el paso de los años, se ha ido produciendo una falsa dicotomía: tiempo y esfuerzo para que los estudiantes alcancen logros académicos importantes v/s tiempo y esfuerzo para forjar en los estudiantes –de la mano con sus familias- niños, jóvenes, hombres de bien.

¿Buscamos que nuestra sociedad se construya con individuos formados bajo las categorías del éxito o anhelamos sociedades sustentadas en hombres y mujeres altamente calificados, pero sobre todo profundamente humanos, en los que la responsabilidad, el respeto, la alegría, la solidaridad empapen cada una de su decisiones profesionales, personales y familiares?
En los Colegios de la Fundación Nocedal, el trabajo diario durante más de 20 años, nos ha mostrado que las altas expectativas académicas y el trabajo riguroso y profesional de los profesores, junto a un bien elaborado plan de formación en los valores, logra esa maravillosa amalgama de ciencia (conocimiento) y bondad (valores humanos).

Por eso, en este nuevo inicio de año escolar, hemos querido hacer hincapié en nuestros colegios que al sembrar en los niños una buena formación en valores, se logrará cosechar, al final del camino, a personas responsables, comprometidas con el bien social, perseverantes, respetuosas, autónomas y con muchas otras características que, muy probablemente, los llevarán a ser buenos profesionales. No es tarea fácil ni de corto plazo, pero logra lo que todo educador de vocación busca, jóvenes conscientes de que su capacidad intelectual necesita la arquitectura de los valores –que la sustente y de forma- para proyectarse como personas buenas, felices, protagonistas en la construcción de la sociedad que anhelamos.

Los colegios de la Fundación Nocedal – emplazados en la población El Castillo de La Pintana y en el sector de Bajos de Mena en Puente Alto- plantean, dentro de su organización académica, un trabajo intencionado y progresivo de los valores desde la más temprana edad hasta IV Medio. Dicho programa se articula por medio de actividades que buscan ir logrando en ellos un sano desarrollo de la personalidad y afectividad.

Nuestros métodos de trabajo son replicables en cualquier ambiente. Una de las claves es involucrar a los padres y apoderados en el trabajo, pues, a través de ellos, se potencia lo que se hace en el colegio, además de reconocer su rol de “primeros educadores”.

Por otra parte, con el fin de brindar una educación personalizada –ya que educamos a “personas” y no a “grupos”-, se utiliza el sistema de las tutorías, en las que un profesor-tutor realiza un acompañamiento permanente a un alumno a su cargo, dándole orientación en sus procesos académicos, brindándole apoyo en los momentos de dificultad, y animándoles a ser sanamente ambiciosos.

El objetivo final de todo este trabajo es, no sólo instruir los entendimientos, entregándoles herramientas intelectuales, habilidades y desarrollos cognitivos, sino que también desarrollar niños y jóvenes que crezcan de modo armonioso. Que sean alegres, que tengan una visión positiva de la vida, que aprendan a sacar provecho de sus capacidades, a través, por ejemplo, del fortalecimiento de las virtudes de la perseverancia y del optimismo. Estos cambios se pueden lograr con un trabajo bien pensado, concreto y delicado con cada alumno.

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