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La misión de la Escuela Industrial San José de Villarrica, en la región de La Araucanía, es formar jóvenes y adultos integrales que se valoren y desarrollen sus capacidades y habilidades para crecer como personas e idóneos profesionales que sean capaces de adaptarse a los cambios e insertarse en el mundo moderno, asumiendo las exigencias del sector productivo y de servicios con calidad, creatividad e innovación.

Ficha:

·       Nombre: Escuela Industrial San José de Villarrica.
·       Matrícula:  Jornada diurna (Técnico Profesional) 442 alumnos. Jornada Vespertina (Científico Humanista) 156 alumnos.
·       Especialidades técnicas: Construcción, Mecánica Industrial, Electricidad y Mecánica Automotriz.
·       Ubicación: Avenida Pedro de Valdivia 399, Villarrica.
·       Sostenedor: Fundación Magisterio de La Araucanía.

La Escuela Industrial San José de Villarrica lleva 60 años entregando educación técnica a alumnos de la comuna y sus alrededores. Desde sus inicios han tenido diferentes cambios y cada uno de ellos ha hecho que se fortalezca el equipo y la misión que el Padre Antonio Schmidt determinó en su fundación.

Octavio Caro Esparza, es el actual director de la institución y lleva cerca de 10 años al mando del colegio (en dos etapas, primero desde el año 1998 al 2004 y luego desde el 2017 hasta el día de hoy).  Han sido años de mucho trabajo y desafíos. Le ha tocado impulsar diferentes proyectos que lo llenan de orgullo. Uno de ellos es el trabajar con alumnos de integración.

Este programa de Integración comenzó el año 2014 y el equipo está formado por seis educadores diferenciales, un profesional del lenguaje de señas, un psicólogo, una trabajadora social y un fonoaudiólogo. “Es un equipo muy cohesionado, lo bueno es que además de atender a los alumnos del programa, podemos apoyar a otros alumnos si lo requieren”, agrega Octavio. Actualmente el establecimiento cuenta con 98 alumnos del programa en la jornada diurna y 9 en la jornada vespertina.

En el área técnico profesional, los alumnos en sus primeros años pasan por todas las especialidades y luego, optan por una especialización. El colegio dicta cuatro especialidades que han reforzado para captar la atención de los estudiantes: Construcción, Mecánica Industrial, Electricidad y Mecánica Automotriz.  También han puesto énfasis en el perfil profesional de los profesores del área TP, todos cuentan con estudios especializados en cada una de las menciones que ofrecen para darle un valor agregado a su oferta académica.

El director cuenta, que los lunes se reúne con los alumnos para reforzar la misión: “Comenzamos con algo simple, aprovechamos la instancia de los lunes donde nos reuníamos y en ese momento además de cantar el himno nacional y el rezo, comenzamos a hablar con nuestros alumnos de valores, cuidados, responsabilidad, del valor de trabajo y disciplina” cuenta.   Los frutos de todos esos esfuerzos se han visto reflejados en la cantidad de postulantes, estos han aumentado, el año 2021 tuvieron 192 postulantes y solo 140 vacantes. 

HISTORIA

El año 1962 el párroco de la catedral de Villarrica, Antonio Schmidt tuvo la intención de enseñar a los estudiantes del sector que no tenían oficio, quería formar jóvenes en una profesión que les permitiera un proyecto de vida basado en la formación centrada en el evangelio, así nace la Escuela.

El establecimiento comenzó con las especialidades de Mueblería y Soldadura. Hoy día tiene cuatro. “Los alumnos tienen un mayor interés por Mecánica automotriz, luego Electricidad, seguida por Mecánica industrial y finalmente Construcción”, comenta Octavio. La especialidad de Construcción tiene solo 4 años, era lo que antiguamente se conocía como mueblería.

INICIATIVAS DESTACADAS

La Escuela tiene como objetivo formar jóvenes y adultos que al terminar sus estudios sean capaces de ingresar a estudios superiores o a algún trabajo.  “La idea es que todos se titulen y que tengan un emprendimiento personal, a eso apuntamos”, agrega el director.

De los 100 alumnos que salen cada año, 25-30 se inscriben para rendir la prueba de selección universitaria y de esos solo pocos logran obtener un puntaje para postular. Octavio cuenta que el 2020 pasado hubo un alumno que obtuvo puntaje nacional e ingresó a estudiar informática en la Universidad de Católica en Santiago. “Fue un orgullo para nosotros como institución, somos el primer colegio de la Fundación del Magisterio de La Araucanía que logra este importante puntaje en uno de sus alumnos. Él se preparó prácticamente solo, estábamos en cuarentena. Nosotros lo apoyamos con apuntes, los profesores de lenguaje y matemáticas lo iban ayudando con las dudas. El mérito principal es de él”.

FUNDACIÓN IRARRÁZAVAL

La Fundación Irarrázaval ha sido muy importante en el avance de la Escuela, ya sea a través de las becas, en la implementación de las especialidades, así como también entregando apoyo en la formación espiritual. “Las capacitaciones han sido muy importantes y ha servido para que todos vayamos aprendiendo un poco más. Es vital el apoyo de la Fundación”, comenta el director.