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Después de prácticamente dos años sin una rutina estable, es probable que el regreso a clases para algunos profesores y alumnos no esté siendo una tarea fácil. Desde Fundación Impulso Docente, nos entregaron algunos consejos para que esta etapa se logre de la mejor manera.

María José Encina, jefa de Programas de la Fundación Impulso Docente, afirma que se tiene que poner al centro el aprendizaje socioemocional trabajándolo de manera integrada con el aprendizaje académico, esta combinación es clave para abordar el regreso a los colegios y jardines infantiles.

A continuación, María José nos detalla cinco consejos:

Bienestar y contención para adultos
Desarrollar las habilidades socioemocionales de los adulto/as de la comunidad educativa permite acceder a una mejor calidad de vida y a una mayor satisfacción con su trabajo. Además, es el primer paso para poder modelar y enseñar estas habilidades a los estudiantes. Una práctica concreta es la herramienta “PARAR”, que hace referencia a una secuencia de pasos que te permiten anticipar desafíos emocionales y prepararte para enfrentarlos de la mejor manera posible.

Mentalidad de crecimiento y altas expectativas
La mentalidad de crecimiento es la creencia de que la inteligencia es una habilidad que se puede desarrollar mediante la práctica y el esfuerzo. Los docentes pueden emplear una gama de estrategias concretas y basadas en evidencia para potenciar este pilar de la motivación escolar y del logro de aprendizajes. Una práctica concreta es el “Halago preciso”, que nos invita a destacar los procesos en los que se desenvuelven los estudiantes, más allá de los resultados obtenidos.

Autoconciencia y autorregulación
La capacidad de reconocer y expresar las emociones y de regular el comportamiento es clave para alcanzar objetivos y cultivar vidas plenas. Los estudiantes pueden desarrollar estas habilidades mediante prácticas concretas y aplicables en todas las asignaturas y niveles educativos, tal como el Medidor Emocional, técnicas de Mindfulness o la Rueda de las Emociones.

Habilidades interpersonales
Las habilidades sociales y la conciencia del otro engloban la capacidad de colaborar con otros, comunicar efectivamente, escuchar y comprender diversos puntos de vista, y demostrar empatía por los demás. Estas habilidades no solo son cruciales para el éxito académico y la trayectoria de vida de los estudiantes, también son la base de una buena convivencia escolar y de una comunidad saludable. Una práctica concreta que puedes incluir en tu sala de clases es el “Laboratorio de escucha”, que permite que cada estudiante tenga la oportunidad de hablar y practicar la escucha activa mediante un procedimiento estructurado y guiado.

Colaboración y acompañamiento docente
Los docentes pueden acelerar su crecimiento profesional y desplegar su máximo potencial cuando trabajan colaborativamente. Una práctica que ha demostrado buenos resultados es cuando un docente con más experiencia formado como mentor acompaña a otro profesor o profesora que se está iniciando en el camino de la enseñanza. También se puede fomentar la colaboración entre comunidades educativas, para que aprendan unas de otras, a través de las Comunidades de Aprendizaje Profesional o Club de Video.

María José recalca que es fundamental integrar el aprendizaje emocional en todo lo que se haga diariamente, ya que las emociones tienen un rol fundamental en el aprendizaje. “Un cerebro que no se emociona no aprende, son herramientas esenciales para el desarrollo integral de nuestros y nuestras estudiantes, sobre todo en estos tiempos complejos que vivimos como sociedad”, concluye.